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Insidia

Cuentos y descuentos del sábado (25-11-2023).–Luis Díez

Después de un tiempo sin coincidir, Marisa y Fiol volvieron a verse en el metro. “¿Dónde has estado?” Le preguntó ella. “En Insidia”, contestó él antes de aclarar que no es una isla del Egeo ni un islote del Mar de China, sino un país democrático, avanzado en derechos y libertades, pacífico, plural, igualitario, moderno, con servicios públicos de calidad, enseñanza pública obligatoria hasta los 16 años, asistencia sanitaria gratuita y universal… Una potencia media en términos de renta per cápita donde la mayoría de los ciudadanos viven de su trabajo y no son ricos ni pobres, sino clase media laboral que desvive feliz y preocupada por día a día, el mes a mes y por las cuestiones que a todos los humanes nos conciernen como la emergencia climática por la destrucción de la atmósfera, las pandemias, la guerra de Rusia contra Ucrania, la masacre de los palestinos encerrados en Gaza y la emigración y la pobreza de gran parte de los humanes de este planeta.

A Marisa la descripción le sonaba. “O sea que has estado en Francia”, dijo. Fiol negó con la cabeza y añadió: “He estado en un país plural y diverso que tiene un Gobierno digno y quiere vivir en paz y concordia, pero un puñado de políticos de la derecha emberrechinada emplean sus energías en lo contrario, la agitación de las masas, la incitación a la violencia, la promoción del odio y la difusión de bulos, falsedades, insultos y maldades contra quienes piensan de otra manera y no les votan a ellos”.

Entonces Marisa cayó en la cuenta: “¿Te refieres a un país donde el jefe de organización del partido mayoritario de la derecha, un gallego con techo, Tellado, que parece un saco de patatas con patas, ofrece uno de sus tres coches para que se lleven en el maletero al presidente del Gobierno fuera del país?” Fiol movió la cabeza arriba y abajo. “¿Un país donde ese Tellado de ojos pequeños, acerados, tilda de “matón de colegio” al exalcalde de Valladolid, diputado y ministro socialista cuando es amenazado e increpado en el AVE por un delincuente?” Fiol asintió. “¿Un país donde algunos cargos públicos de la derecha animan a pegar un tiro en la nuca al presidente del Gobierno?” Fiol afirmó con la testa. “¿Donde una presidenta autonómica, famosa por beneficiar a su familia con contratos públicos directos, como el de las mascarillas, acude al balcón del Congreso de los Diputados e insulta, “hijo de puta”, al presidente del Gobierno?” Fiol asintió. “¿Un país en el que el jefe de la oposición de derechas, aliado y corroído por la ultraderecha, incurre en una contradicción palmaria en la tribuna del Congreso cuando dice que también él podía amnistiar a los separatistas catalanes para obtener sus votos y luego afirma que el presidente del Gobierno progresista sufre una “patología” mental porque le ríe la gracia?”

–Sí a todo –dijo Fiol.

–Entonces ese país no es Insidia, sino España –concluyó Marisa.

–Ya, pero quizá por prestar atención a esa derecha me he sentido más desubicado que un atracador en un banco de niebla –se disculpó Fiol.

–Vale, ahora sin bromas: ¿crees que a esos emberrechinados, como les llamas, se les pasará pronto el berrinche?

–Me temo que la insidia, la acechanza, la acción y el discurso que envuelven mala intención va a ser duradera.

–¿Y qué remedio recomiendas? –Se interesó Marisa.

–La derecha no tiene remedio, así que rigor contra las algaradas y los desmanes callejeros, mucha pedagogía de la democracia y los derechos humanos, unidad, honradez y buen hacer.

–¡Por Júpiter, mi estación! A ver si nos vemos más a menudo, amigo Fiol.

DOÑANA y 5/ Del robo del agua al ‘gran pelotazo’

Madrid, 26-05-2023.– Luis Díez

Según la evidencia de Sexto Empírico, Doñana es una joya de Andalucía, de España, de Europa y de la Humanidad. Es el humedal más importante del Viejo Continente. Cientos de miles de aves dependen de sus marismas para criar, pasar el invierno o para descansar durante su migración anual a África. En la marisma de Hinojos se posan a comer y descansar en su largo peregrinar. En invierno se refugian aquí los ánsares y las grullas procedentes de los países del norte de Europa. Más tarde, en primavera, pasan miles de aves migratorias procedentes de África como los moritos, las garzas imperiales… Vale recordar que el Parque Nacional se funda en 1969 por su especial importancia para la avifauna y por tener dos especies en peligro de extinción como son el lince ibérico y el águila imperial ibérica. También por la combinación de ecosistemas tan dispares –bosque y matorral, dunas y playa, marismas y vera– en un área tan pequeña.

Estampa de la marisma en una laguna del parque

Todo esto que cualquier profano puede leer en la reseña de Wikipedia sobre el municipio de Hinojos se puede completar con otros datos igualmente ciertos: 365 especies de aves (más de 500.000 de invernada todos los años), 21 especies de reptiles, 11 de anfibios, 20 de peces de agua dulce, 37 de mamíferos no marinos (entre ellas el lince ibérico) y unas 900 especies de plantas. Los científicos del CSIC que trabajan en la Estación Biológica aportan conocimientos fundamentales para la preservación de la fauna y la flora, pero también para el desarrollo y el progreso de los humanos en todos los campos, desde el bioquímico al de la salud, pasando por el técnico y el de la ingeniería aplicada. Quizá sea necesario formular algunas preguntas en boca del apicultor de origen gallego Beni Casqueiro (la polinización natural de los campos de fresas requiere una colmena por hectárea): “¿Imaginas un país un poco más grande que Luxemburgo donde los animales campen a sus anchas? ¿Un país donde la armonía y la belleza te sorprende todos los días? ¿Un país donde 450 especies animales viven en armonía? ¿Un país con más de 900 especies de plantas en el que uno de cada tres pasos lo das por un espacio protegido? Ese país que representa el 0,58% del territorio de la amada patria y es Doñana?”

Flamencos en la laguna de El Rocío, hace tres años.
Marisma de El Rocío en la actualidad

Beni enfatiza el término “patria” y el observador intuye su intención de apelar a la derecha política, esos dirigentes del PP y sus aliados de la ultraderecha oxida y “voxida” más patriotas que nadie, pero cuya única ley viene dictada por la avaricia y el afán de engrosar la cartera. Saben que Doñana se muere de sed debido al cambio climático, pero no renuncian al asedio del parque natural y se disponen a aprobar en el Parlamento de Andalucía una ley presentada por el PP con el apoyo de Vox para legalizar cientos de hectáreas de regadío ilegal para la producción de los frutos rojos bajo plástico y los más de mil pozos clandestinos existentes. La organización WWF (siglas en inglés de Fondo Mundial para la Naturaleza) nació precisamente en Doñana, donde mantiene un observatorio permanente, y ha aportado a las autoridades españolas y europeas unos informes que cifran la sustracción anual de agua entre siete y nueve hectómetros cúbicos (cada Hm3 equivale a un millón de metros cúbicos) al parque nacional por parte de los cultivadores sin derecho a riego. Con los arroyos secos y el agua superficial menguante, esos pinchazos permiten mantener 1903,7 hectáreas de cultivo con regadío ilegal en detrimento de la flora y la fauna del parque.

El “asedio” denunciado desde hace diez años por WWF ante los organismos internacionales ha servido de base a las inspecciones y advertencias reiteradas de la Comisión Europea, que, finalmente, interpuso una demanda judicial contra el Estado español. El resultado fue la condena del Tribunal Europeo de Justicia, publicada hace casi dos años (junio de 2021) por ignorar las extracciones ilegales y no adoptar las medidas necesarias para mantener los hábitats protegidos. La condena puede suponer una multa mil millonaria por parte de la Comisión Europea si el Estado español no clausura los pozos ilegales que aguijonean el acuífero, una masa de agua subterránea bajo los 2.400 kilómetros cuadrados del parque, cuya extracción requiere perforaciones cada vez más profundas. Y ya rebasan los 180 metros en vertical.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) instó al cierre de los pozos ilegales y comenzó el año pasado a supervisar el sellado que siete titulares de tierras acometieron voluntariamente. La ejecución forzosa por la captación ilegal de agua afectaba entonces a 71 pozos, la mayoría en el término municipal de Almonte, el más extenso, pero también a Lucena del Puerto y Rociana del Campo. Los inspectores de la CHG, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, del que es titular la vicepresidenta Teresa Ribera, han documentado unas setecientas perforaciones ilegales, de obligada supresión y sellado.

Para entender la problemática del latrocinio del agua hay que tener en cuenta el Plan Especial de ordenación de las zonas de regadío ubicadas al norte de la corona forestal de Doñana, que fue aprobado en 2014 por la Junta de Andalucía con el apoyo del sector agrícola después de siete años de siete años de trabajo. Según el WWF, el plan es manifiestamente mejorable, pero es el único instrumento para poner orden en el “caos de cultivos existe alrededor de Doñana”, para dar seguridad jurídica a los agricultores y para asegurar la conservación del acuífero. Sobre los criterios del Plan, los expertos de WWF elaboraron en 2020 un informe para determinar qué superficie de regadíos tendría que ser eliminada por su puesta en riego con posterioridad a 2004 y a 1992 (leyes forestales) para las situadas en Monte Público, por encontrarse en zona protegida (Zona A, de especial protección de los recursos naturales) o por no haberse regado durante más de tres años consecutivos, tal y como establecía el Plan Especial. Y los cálculos determinaron que “al menos 1.653 hectáreas de las 10.000 existentes deberían ser eliminadas”. Posteriormente WWF actualizó y elevó esta superficie a las ya citadas 1.903,7 hectáreas de regadío con agua robada al acuífero del parque nacional.

A pesar de la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia, el gobierno del PP en la Junta de Andalucía ya intentó en 2022 legalizar el latrocinio del agua, aunque la quiebra de su coalición con Ciudadanos, provocó nuevas elecciones generales y retrasó la legalización de las tierras que iban a ser declaradas de regadío y en las que, de hecho, hay cientos de parcelas de cultivo del oro rojo bajo túneles de plástico. Después de los comicios, la derecha volvió a la carga con su proposición de ley. La iniciativa de la formación política de Moreno y Feijóo contó con el respaldo de la ultraderecha en el Parlamento andaluz, que la tomó en consideración el 12 de abril de este año 2023 y emprendió su tramitación sin atender las advertencias de las autoridades de la UE sobre la protección medioambiental del parque, Patrimonio de la Humanidad, y las multas millonarias para España. A pesar del estado crítico de los humedales, el argumento principal del presidente de la Junta consiste en que se necesita esa regulación “por el impacto económico” de la agricultura en la zona.

Moreno Bonilla y la patronal del oro carmesí no se cansan de repetir que el sector “da empleo a 100.000 trabajadores”. En los terrenos afectados conviven agricultores legales e ilegales. Con el proyecto de ley, cuya tramitación parlamentaria “por vía de urgencia” ha quedado en suspenso hasta después de las elecciones locales del domingo, 28 de mayo, se trata de legalizar los cultivos en unas 1.600 hectáreas (la derecha dice que 800), según la extensión reconocida por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Las explotaciones sin permiso de extracción que serían legalizadas se encuentran en los municipios de Almonte, Bonares, Lucena del Puerto, Moguer y Rociana del Condado. Aunque los autores del texto han introducido una modificación básica respecto al de 2022 –“el agua procederá de forma prioritaria de la superficie”– la recalificación parcelaria de secano a regadío y la falta de agua en la superficie contradice, de hecho, esa previsión y augura la legalización del expolio del menguado acuífero Almonte-Marisma.

El presidente de la Junta invoca la ley de 2018 que preveía la transferencia de 19,99 hectómetros cúbicos desde la demarcación hidrográfica de los ríos Tinto, Odiel y Piedras a la del Guadalquivir. Dice que con ese trasvase (19,99 millones de metros cúbicos, es decir, 199.900.000.000 litros) se mantendría el equilibrio hídrico de la zona sin afectar al área de especial protección. En tal sentido ha enviado documentos a Bruselas y a Madrid, atribuyendo a las confederaciones hidrográficas, dependientes del Gobierno central, el incumplido la norma. Sin embargo, pocos trasvases para el riego se pueden hacer desde los cauces cada vez más exiguos de los ríos mencionados y cuando la demanda prioritaria de los ayuntamientos pasa por cubrir las necesidades (crecientes en verano) de la población. Esto que entienden y asumen las comunidades de regantes legales del Marco de Doñana es esgrimido por los líderes del PP (incluido su presidente Feijóo) para mantener la tramitación de la proposición de ley. Y culpar, de paso, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de “secar Doñana”. Lógico. “Non piove ¡Porco Governo!” Cualquier argumento vale para esconder la mano después de tirar la piedra

Sin embargo, el problema es poliédrico: la Comisión Europea tilda la norma que la derecha pretende sacar adelante de “violación flagrante” de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE. El director del Consejo de Participación de Doñana, el CSIC, las asociaciones ecologistas y el Ejecutivo estatal rechazan la iniciativa. En una carta de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera al presidente andaluz, Moreno Bonilla, le pedía que no siguiera adelante con la iniciativa porque “la protección de Doñana es un asunto del máximo interés ambiental, social y legal, tanto de los españoles como de las instituciones europeas como de los amantes de la naturaleza a nivel mundial”. Tras la toma en consideración de la iniciativa (70 votos del PP y Vox), Ribera afirmó que el Gobierno interpondrá recurso ante el Tribunal Constitucional y reafirmó la decisión en una carta a la Comisión Europea. El presidente Sánchez fue tajante: “Doñana no se toca”. Y a todo ese rechazo se suma una cara más del poliedro: el daño a la reputación de los frutos rojos onubenses en los mercados europeos y los primeros síntomas de los consumidores del rechazo a las “fresas ilegales”.

El presidente andaluz Moreno Bonilla, premiado por los empresarios de los frutos rojos una semana después de impulsar en el pleno del Parlamento de Andalucía la ley que viene a legalizar las tierras de regadío ilegal. Foto de Freshuelva.

Pero nada de eso importa a la derecha y sus mentores. Nueve días después de que el PP y Vox ratificaran en el pleno del Parlamento Andaluz la decisión de legalizar las tierras de regadío no calificadas como tales, la entidad Freshuelva, creada a finales de los años ochenta, que presta asesoramiento y contribuye a las investigaciones sobre la mejora de los frutos rojos, concedió a Moreno Bonilla el premio “fresa de oro”. Esta asociación agrupa a más del 90% de los productores de fresas. En una gala en la que se entregaron premios a otros destacados personajes (empresarios, comercializadores, el presidente de una comunidad de regantes, el de una empresas transportista con centros logísticos en varios países de la UE y el representante de un grupo periodístico), el presidente andaluz enfatizó: “Somos la primera potencia agroalimentaria de España. Tenemos que tomar decisiones. De ahí que estemos apostando decididamente por más y mejores infraestructuras hídricas”.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, al que también premiaron, no acudió a una gala en la que el monólogo de Moreno Bonilla cosechó largos aplausos. Elogió el esfuerzo de los agricultores desde hace cuarenta años y, sobre todo, dijo lo que algunos querían oír al exigir “más y mejores infraestructuras hídricas”. ¿Qué significa esto? Que quiere trasvases como sea. Pero hay más. El secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, llama la atención sobre otro hecho fundamental: los agricultores con tierras de secano que riegan ilegalmente van a ver reconocidos unos derechos de regadío basados en la hipótesis del trasvase de los ríos Tinto-Odiel-Piedras. Y ese reconocimiento supone, de pronto, una revalorización de cada hectárea de secano, que multiplica un cien por cien su valor, pasando de entre 6.000 a 10.000 euros por hectárea a 60.000 y 100.000 euros, según las tasaciones actuales. “Además del acoso a Doñana, está en juego un gran pelotazo”, concluye Del Olmo.

Introducción al Abuelo

Esta crónica de un viejo periodista a los ojos de un joven consta de 36 entregas o episodios que se irán desgranando cada domingo en este blog. Gracias por leer.

1.–El Abuelo fuma

El Abuelo olía a tabaco. Escribía y fumaba o fumaba y escribía. Mi abuela decía que en otro tiempo también olía a tinta de imprenta, un aroma que a ella le gustaba. Pero con los avances tecnológicos dejó de oler a periódico impreso y sólo olía a tabaco, razón por la cual empecé a llamarle T. Él creía que me refería a uno de sus seudónimos: Tilo, Tilo Dátil, convertido después en personaje de novela, y se sentía halagado por mi decisión nominal, ya que casi todos los protagonistas de sus relatos, y en particular de aquél, eran buena gente. Desconocía que con T le quería llamar “tabacoso”. Si me quedaba en la primera letra era porque para proferir adjetivos sobre su asquerosa adicción se sobraba mi abuela Goyi, con G de “guapa” y “gustosa”, pues a su belleza espiritual y física añadía el buen gusto en vestir, calzar, cocinar. Y poseía un gran talento pictórico. Ella me confesó que sentía uno de sus mayores placeres cuando el Abuelo llegaba a las tantas de la madrugada oliendo a periódico impreso y la despertaba a besos. Él terminaba la jornada laboral entre la una y las dos de la noche, cuando las rotativas empezaban a escupir ejemplares de la edición de provincias a una velocidad endiablada y las hileras de furgonetas que esperaban, unas potentes Mercedes, comenzaban a cargar palieres con torres de paquetes de periódicos y salían zumbando hacia las ciudades de los cuatro puntos cardinales. Algunas no volvían: se estrellaban. En el periodismo todo era urgente y veloz, y aquellos jichos con sus jacas de carga rendían tributo a una industria derivada de lo que Gabriel García Márquez definió como “el oficio más bello del mundo”. Luego, los avances tecnológicos simplificaron mucho el proceso productivo, eliminaron el transporte físico a larga distancia, suprimieron los teclistas, correctores, montadores y otros eslabones de la cadena hasta que, finalmente, una crisis económica provocada por una especulación financiera e inmobiliaria desaforada sumió al país en la depresión, la prensa se fue a la mierda, cerraron cientos de imprentas, la Galaxia de Gutemberg desapareció en los confines de la Vía Láctea y el kilo de periodista se pagaba menos que el cuarto y mitad de pollo. El siglo del átomo quedó atrás y dio paso a la era del bite. El Abuelo se digitalizó y ya sólo olía a tabaco. Maldecía la voracidad del capitalismo globalizado. Pero, además del refrán castellano –“La avaricia rompe el saco”–, conocía el adagio ruso: “Añorar el pasado es correr detrás del viento”, y se negaba a decir si aquellos tiempos fueron mejores. “Para nosotros, la clase obrera y laboral, jornaleros de la pluma, todos los tiempos fueron complicados”. Eso decía.

El lunes te cuento

Novela del verano gratis

Ya puedes leer la novela del verano gratuitamente en el blog Viajealasituacion.com o copiarla y leerla en tu dispositivo electrónico. No te pierdas la intriga sobre un caso Cascabelitos, aunque sin obispos de por medio, como es la investigación del agente Tilo Dátil sobre el crimen del reportero palatino Yiyi Jiménez, un caso derivado de una trama de poder, cocaína y corrupción.

Los retardatarios

Viaje a la situación

Luis Díez, 6-03-2019, Madrid.– Miguel de Unamuno, al que la vida debió de resultar larguísima por su tormentosa lucha entre la fe y la razón, sostenía que vivir es desvivir. Otros filósofos y poetas dignos de tal nombre se han ocupado del sentido de la vida y sus textos pueden iluminar a los letrados del Parlamento para elaborar el informe que les ha solicitado la presidenta Ana Pastor Julián sobre si los decretos que ha aprobado y piensa aprobar el Gobierno son urgentes y necesarios y deben ser sometidos a la convalidación (o no) de la Diputación General del Congreso.

Lo que para unos (el Gobierno socialista de Pedro Sánchez y sus aliados) es urgente y necesario, para otros (la oposición de C’s y PP) es innecesario y puede esperar. Como éstos mandan en la Mesa del Congreso y los letrados son poco proclives a la filosofía y la…

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Los retardatarios

Luis Díez, 6-03-2019, Madrid.– Miguel de Unamuno, al que la vida debió de resultar larguísima por su tormentosa lucha entre la fe y la razón, sostenía que vivir es desvivir. Otros filósofos y poetas dignos de tal nombre se han ocupado del sentido de la vida y sus textos pueden iluminar a los letrados del Parlamento para elaborar el informe que les ha solicitado la presidenta Ana Pastor Julián sobre si los decretos que ha aprobado y piensa aprobar el Gobierno son urgentes y necesarios y deben ser sometidos a la convalidación (o no) de la Diputación General del Congreso.

Lo que para unos (el Gobierno socialista de Pedro Sánchez y sus aliados) es urgente y necesario, para otros (la oposición de C’s y PP) es innecesario y puede esperar. Como éstos mandan en la Mesa del Congreso y los letrados son poco proclives a la filosofía y la desobediencia, vale suponer que la Diputación de marras tendrá poca labor. O ninguna.  Eso no quita para que solo se viva una vez y unos (la mayoría trabajadora y laboral) desvivan en la angustia de la estrechez económica y otros, las minorías favorecidas por el sistema, en la parte ancha del embudo.

Para los “casatenientes” y rentistas (la exministra del PP Isabel García Tejerina entre ellos), el decreto regulador de los alquileres de viviendas emitido por el Gobierno para poner freno a la escalada de los precios, los abusos de los fondos de inversión (buitres les llaman) que se apropian incluso de viviendas sociales (caso de Madrid, con Botella madre de alcaldesa y Botella hijo de intermediario de un fondo buitre) y la especulación desaforada y contagiosa de los pisos y apartamentos turísticos es innecesario y no corre prisa. Para las familias desahuciables, sin derechos a prórroga de los contratos y sin defensa ante las subidas exageradas (el 8% de promedio el último año), el decreto es necesario y urgente. Las medidas que contiene son sensatas y se adoptaron después de escuchar a todas las autonomías, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y a las asociaciones de vecinos y agentes inmobiliarios.

Otro tanto se puede decir del decreto de conciliación y corresponsabilidad que prolonga a ocho semanas el permiso de paternidad en 2019, a 12 semanas el año que viene y a 16 en 2021. Para las derechas patrióticas, repentinamente feministas, la medida no era urgente ni necesaria, aunque haya sido sido recomendada la Comisión Europea hace cinco años. Para millones de mujeres y hombres trabajadores constituye un buen alivio del bolsillo cuando no hay abuelos con quien dejar a los niños pequeños, enriquece la convivencia y la responsabilidad paterno filial y libera de toda la carga a las mujeres.

Ese mismo decreto desarrolla el nuevo marco jurídico ya fijado en la reforma del Estatuto de los trabajadores para hacer efectivo el principio de “trabajo de igual valor” y combatir la desigualdad salarial de las mujeres. Para las derechas nacionales esa igualdad está muy bien en teoría, pero en la práctica no, ya que puede perjudicar a las empresas, es decir, el beneficio empresarial. Para los socialistas ha de aplicarse imperativamente de modo que las empresas con más de cincuenta trabajadoras deben hacerla efectiva en un plazo no superior a tres años, las de 100 a 150 trabajadores en dos años y las de más plantilla, el año que viene.

Otro tanto vale decir de la reposición de la cotización a la Seguridad Social de las cuidadoras  de personas dependientes. Estas trabajadoras quedaron desamparadas por decisión del Gobierno de las derechas y ven ahora repuestos sus derechos en el decreto citado. Vale recordar que una ministra llamada Ana Mato, a la que Dios conserve la vista, eliminó esa cotización a costa del Estado porque costaba, dijo, mil millones al año. No le importó (a ella y al PP) dejar sin cobertura para la jubilación a unas cien mil mujeres, trabajadoras sin horario en la atención y los cuidados de otras tantas personas consideradas “grandes dependientes”. El objetivo, dijeron, era reducir el déficit público. En realidad lo trasladaron a la Seguridad Social con esa y otras medidas. Y en ese planteamiento siguen. Por la derecha española no pasan los años.

A los miles de parados de larga duración que con más de 52 años no encuentran empleo remunerado (trabajo hay siempre, lo que no hay es salario) les resulta urgente y necesario la reimplantación del subsidio de supervivencia que el Gobierno va a aprobar por decreto. Era una medida prevista en el Presupuesto del Estado para este año que frustraron los nacionalistas catalanes con sus ínfulas independentistas y era, además, una decisión acordada cuando el desempleo o ejército de reserva bajara al 17% de la población activa, de modo que el PP y sus correligionarios naranjas de C’s deberían obrar en consecuencia.

El Gobierno del PSOE con la ayuda de Podemos y el PNV ha de reponer esa prestación y otros derechos sociales sustraídos por el PP en cuanto llegó al poder en 2011 si quiere reequilibrar solo un poco el trato legal al capital y al trabajo. En este caso se podría decir lo de Séneca en su Breviarium Vitae: «No es que tengan poco tiempo, es que pierden mucho».  Cierto es para los retardatarios y retrógrados de oficio y conveniencia la dignidad de los trabajadores nunca corrió prisa. Y ahora, con la excusa de que son «decretos electorales», tampoco. O como dijo aquella poeta del PP al escuchar la palabra «parados» en el pleno del Congreso: «¡Que se jodan!»

La declamadora mencionada, Andrea Fabra, hija del presidente corrupto y ladrón, condenado a cuatro años de cárcel, de la Diputacion de Castellón, elevó su expresión mientras Mariano Rajoy Brey anunciaba los recortes a los parados y sus señorías del PP se partían las manos en aplausos. ¡Qué tiempos! Ahora la ultraderecha se ha separado del PP, pero tanto da. En el bloqueo a la convalidación de los decretos sociales cuenta el partido conservador con el apoyo de C’s, personificado en la Mesa del Congreso por el tránsfuga asturiano de UPyD Ignacio Prendes. Qué prendas. En fin, los retardatarios.

 

Adiós a las armas

La industria del mal ontológico (en sí mismo) se ha desarrollado desde tiempos inmemoriales y ha experimentado en el Reino de España periodos de gran auge y actividad, proporcionando empleo directo e indirecto, a tiempo parcial y completo, a más operarios que algunos subsectores como el del curtido y el calzado, la confección de boinas y sombreros, la carpintería de mimbre y tantos otros. En la segunda mitad del siglo pasado y la primera década del presente prosperó un singular complejo de producción de daño. Lo fundaron en mayo de 1962 en el Monasterio de Bellóc, en Bayona, unos jóvenes barbilampiños dispuestos a correr riesgos extremos.

Sus primeros productos fueron ciertamente defectuosos, si bien, enseguida se capacitaron, se dieron mejor maña y dispusieron de herramientas más perfectas, de modo que la producción de estragos experimentó un salto desde la chapuza al perfecto acabado, desde el sabotaje con llama o sin ella en la mano, al asesinato. La presentación del primer producto de cuerpo presente se registró el 7 de junio de 1968. Después, la actividad fue creciendo, se expandió, aumentó cuantitativa y cualitativamente y fue arraigando.

La producción del mal que reflejan los balances permite afirmar que la actividad hasta la muerte del dictador fue de 43 asesinatos y desde la desaparición de aquel hasta el 11 de octubre de 2011, en que suspendieron definitivamente la producción de daño, ha sido 829 crímenes de otras tantas personas más. La plantilla de activistas a tiempo completo, parcial, eventuales y colaboradores fluctuó en esos 49 años entre mil y dos mil  operarios.

Ni que decir tiene que en el periodo de mayor actividad –lo que se llamó «dinámica infernal» de acción-reacción, en un proceso cibernético imparable– la plantilla de esa industria en la que se ocupaban los que se iban al monte y los encargados de perseguirlos, capturarlos y, en muchos casos, liquidarlos,  fue muy superior a la empleada en las fábricas de Inditex en España, cuyo fundador y promotor, el empresario Amancio Ortega, alcanzaría después el primer puesto en la lista de personas más ricas del mundo.

Sería absurdo negar que el sector del daño y su valor añadido (el miedo hasta la máxima expresión: el terror) ha generado cuantiosos beneficios económicos directos e indirectos, enriqueciendo a personajes de verdadera relevancia patriótica verbal. El sector del mal siempre ha movido mucho dinero, y el del mal absoluto, mucho más. La mencionada industria llegó a ser un valor tan seguro que no estaría de más recordar las protestas gubernamentales cuando los promotores renunciaron al mercado catalán de acuerdo con un tipo del gobierno autonómico que se llamaba Carold Rovira. Incluso, cuando decían que ZP negociaba el cese de la actividad, se organizaron procesiones masivas exigiendo a gritos («Con Zapatero, como con su abuelo») que fuera fusilado.

Ahora, ante la entrega definitiva de las armas, anunciada para el 8 de abril por los sucesores de los promotores de aquella actividad que tanto daño ha causado, parece llegado el momento de preguntarles qué habría ocurrido si todo el derroche de vidas y energías dedicadas a la producción del mal se hubieran orientado, como hizo el señor Ortega, a la confección de ropa para vestirnos e ir elegantes. Y quien dice ropa para el cuerpo, dice nutrientes para el intelecto, que buena falta nos hacen. Se cierra una época de la que algunos se resistían a separarse y no volverá aquel «terrorismo de baja intensidad» con el que otros soñaban para seguir forrándose. Por su reacción los conoceréis.

El adiós ciudadano a Suárez

Ignacio FAES

Cuando las autoridades terminaron con su agenda de aséptica despedida oficial, llegó el turno de los ciudadanos. Los que le habían votado, los que no y los que ni siquiera llegaron, por su juventud, a votar en una urna a Adolfo Suárez. Desde primera hora de la mañana, los alrededores del Congreso de los Diputados comenzaron a llenarse de Colacuriosos. A medio día y bajo un cielo gris inglés, la fila de personas que querían rendir su último homenaje al primer presidente de la democracia se contaba ya por miles. Los últimos de la cola, sin resignación, se preparaban para una espera de alrededor de tres horas para acceder a la capilla ardiente.

 

El ambiente, pesado y soporífero, era el propio de las mañanas de domingo de la capital. Pero era lunes. Las aceras, pese a que se hacía imposible caminar por ellas debido a la multitud, guardaban un silencio británico, por no desentonar con el cielo. Las colosales puertas de las oficinas y los edificios públicos estaban abiertas pero no salían de ellas apresurados ejecutivos con sus maletines negros. Madrid se había detenido. Excepto para los turistas extranjeros que, ajenos al luto nacional, deambulaban desorientados con su plano entre calles cortadas por vallas azules.

 

Allí había ciudadanos de cualquier condición, incluso aparecía entre la muchedumbre algún niño que cogía de la mano a su abuela para evitar perderse. Jóvenes y mayores compartían la interminable fila, que medía casi un kilómetro y medio. Desde la Carrera de San Jerónimo, subía por Recoletos y, tras varios giros en las calles traseras al Congreso, aparecía en la Calle Alcalá para terminar bajo la mirada impertérrita de la Diosa Cibeles, cuyas banderas custodias ondeaban, esta vez, a media asta. La Policía habilitó unas aceras supletorias. Cortó el tráfico en un carril del Paseo de Recoletos para que aquellos que simplemente pasaran por allí no se vieran obligados a buscar caminos alternativos para llegar a sus destinos.

 

Los bares permanecían vacíos -como los domingos por la mañana- y los habitantes de la fila ojeaban cada uno su periódico en papel, una rareza. Tantos se vendieron que los quioscos del centro de Madrid se quedaron sin existencias a media mañana. “Me lo han llevado todo. Estoy intentando que me traigan más pero va a ser complicado”, comentaba la quiosquera de la calle Alcalá mientas intentaba calmar a cuatro clientes que no entendían que en un quiosco no se despachara la prensa. En rigor sí había. Los deportivos permanecían intactos en el mostrador.

 

Un poco más abajo, Daniel Alonso, estudiante de la Universidad Complutense no leía las noticias. “Tengo examen mañana pero quería venir a despedirme del padre de la democracia. Voy a aprovechar este tiempo de espera para estudiar”, señaló mientras volvía a sumergirse en sus apuntes de matemáticas. Más cercana al Congreso, y después de adelantar un par de banderas del CDS, estaba Pilar Martín, de Oviedo, que comía un bocadillo de jamón. “Hemos venido a pasar unos días y ha coincidido. Ya que estoy aquí quiero decirle adiós. El resto de mi familia ha preferido pasar la mañana de compras”, indicó mientras pasaban a su lado, en coche, los Príncipes de Asturias. No se dio cuenta.

 

Comenzó a llover y la fila se resguardó bajo algunos paraguas. No todos llevaban. Eran ya casi las tres de la tarde y varios agentes se afanaban por controlar el último tramo de la cola, que invadía peligrosamente uno de los pasos de peatones de la Castellana. En el otro extremo, la Puerta de Leones –que solo se abre en situaciones de especial relevancia- engullía a la gente pero no la vomitaba, por lo que los ciudadanos salían por otra puerta. En la acera de enfrente, los platós de las televisiones estaban montados y retransmitiendo sus informativos en directo.

 

Tras atravesar la fachada gris guardada por los leones negros –los colores de los que está formado todo el exterior-, aparece, como una bofetada en la cara, otra atmósfera mucho más cálida. Los tapices y las alfombras en tonos crema rojizos rodean todo el hall. El fuerte contraste marea un poco, pero para cuando se han recorrido los pocos metros que separan la puerta del Salón de los Pasos Perdidos, ya ha desaparecido el sofoco.

 

Es allí donde está instalada la capilla ardiente. Donde los familiares velan al difunto, acompañados por alguna autoridad que se resiste a abandonar la estancia. Los que entran apenas tienen unos segundos para despedirse de Adolfo Suárez. Las miles de personas que esperan detrás de ellos les impiden pararse. El silencio continúa tan intacto como en el exterior. Solo lo rompen los disparos de las cámaras de los fotógrafos.

 

Hoy, el cadáver de Suárez saldrá con todos los honores por la Puerta de los Leones en torno a las diez de la mañana. Al congreso volverá la actividad habitual. Todo lo habitual que puede ser la vuelta al trabajo tras el luto por un padre.