Archivo por meses: octubre 2023

Sin motivos para la alegría

Cuentos y descuentos del sábado (28-10-2023).–Luis Díez

El amigo Fiol carecía de motivos para la tristeza. Era rico de familia, tenía más millones que pesaba, desvivía una vida regalada sin horarios laborales ni obligaciones apremiantes. Dedicaba algunas jornadas a cultivar su afición por la historia; se metía en la Biblioteca Nacional y se sentía como un arqueólogo submarino en busca de pecios y tesoros sumergidos. Le apasionaba la historia hacia atrás y, por Júpiter que encontraba satisfacciones intelectuales y perlería para divulgar y repartir, ya fueran anécdotas, paradojas, usos, vicios y desmesuras de reyes, papas, banqueros y otros poderosos personajes que en el mundo han sido, ya enumeraciones, comparaciones e interpretaciones sobre tribus y organizaciones humanas sumergidas en el secular olvido. Llevaba compuestos dos libros al respecto y un próspero editor (aunque parezca una contradicción) se apropincuaba a él y se llevaba sus notas y apuntes de tanto en tanto.

Siempre alegre y buen conversador (no confundir con conservador), Marisa le consideraba una fuente inagotable de anécdotas y curiosidades bien traídas, un observador feliz e instructivo, con el que parecía imposible aburrirse y emburrecer. Sin embargo, cuando aquella mañana coincidieron en el vagón del metro, ella le vio alicaído y triste, y así se lo dijo.

–¿Cómo no voy a estar triste con lo que está ocurriendo en este jodido mundo? Miras hacia arriba y no ves motivos para la alegría en la destrucción de la atmósfera por la ambición, el egoísmo y la crueldad de esa minoría que circula en la cómoda diligencia del capitalismo desbocado. Han herido de muerte al planeta y no hay manera de vencerles ni convencerles para que dejen de chupar su sangre. Miras el entorno, con ese virus nuevo y mortal, el coronavirus al que llaman Covid como si fuera alguien de la familia (y lo es, aunque no el perro), y sientes una profunda amargura por los mayores y no tan mayores que se ha llevado al otro barrio. Miras a un lado y ves al cara de víbora, el venal y codicioso presidente ruso Vladimir Putin atacando a Ucrania por tierra, mar y aire, lanzando misiles contra la población civil de las ciudades ucranianas y provocando decenas de miles de muertos y un dolor y un éxodo nunca visto en Europa desde el depravado Adolfo Hitler. Sigues mirando ahí al lado y ves al cara de cemento, el sanguinario Netanyahu, asesinando a bombazos a la población palestina, sobre todo niños, recluidos en la franja de Gaza. Esos genocidas te dejan sin palabras, hacen que se te salten las lágrimas. ¿Cómo no voy a estar triste si, además, los mandatarios de la Unión Europea no consiguen parar el exterminio que están perpetrando los israelíes contra los palestinos? Y, por supuesto, esos canallas se ciscan en la ONU. ¿Quién podrá juzgarles y condenarles como se merecen? Luego te encuentras paradojas como el reciente Informe Mundial de la Felicidad, publicado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que coloca a Israel en el cuarto puesto de los países más felices del mundo. ¿De verdad? ¿Tu serías feliz si fueras israelí?

–Hombre, como dicen que son el pueblo elegido de Dios –respondió Marisa.

–Entonces ese no es el dios que interesa a los hombres.

Expertos en la totalidad

Cuentos y descuentos del sábado (21-10-2023).–Luis Díez

El rector era un hombre introvertido y despistado. Se le veía abstraído por los pasillos y los senderos del campus, siempre inmerso en sus meditaciones. Miraba sin ver y escuchaba sin oír. Quienes le conocían ni siquiera abrían la boca para saludarle, pues de antemano sabían que no correspondía a los saludos. Con todo, cumplía con diligencia y acierto las obligaciones gestoras y representativas del cargo. Firmaba lo que había que firmar y acudía puntual y aseado a los actos académicos y sociales a los que era llamado, que no eran pocos. Se podía decir que no pasaba día sin que fuera reclamado a introducir a los conferenciantes, presidir “honoris causa”, dictar lecciones magistrales, inaugurar jornadas y congresos, dar pregones, presentar libros, etcétera. Baqueteado en tales lides, ponía el piloto automático y realizaba el trayecto sin mayor esfuerzo. En una de esas le tocó presentar a un profesor invitado, un reputado especialista en tecnología biológica. Para facilitarle el cometido le proporcionaron una ficha con la filiación y aportación científica del conferenciante. Pero como era tan despistado la dejó en alguna parte y, ya en el atril, echó mano al bolsillo de la chaqueta y no la encontró.

–Presentamos hoy –dijo– a don…

–Marina, profesor Ángel Marina –le sopló el moderador.

–Ah, si, al profesor don Mariano.

–Marina –le corrigió el conferenciante.

–Bien, el profesor Marino es un grandísimo especialista en … ¿En qué es usted especialista, profesor?

–¡En la totalidad! –exclamó, molesto, el conferenciante.

–Muy bien. Como han oído, es un honor presentarles a un especialista en su conjunto y por partes, una persona que sabe de todo y, como esos señores y señoras piriodistas que lo saben todo y salen en las televisiones y se denominan tertulianos, puede enriquecernos con su enciclopédica sabiduría. Tiene usted la palabra, profesor Marinero.

–¡Marina! –Le corrigió, muy molesto, el confrenciante.

Uno de los plumillas que asistían al acto reflejó en su crónica la tortuosa presentación del despistado rector y éste le llamó para negar que le hubiera fallado la memoria.

–¿Pero no te acordabas del nombre ni la especialidad del científico, no es cierto? –Argumentó el periodista.

–Un poco de perspicacia, amigo Rabanal. Y ten en cuenta que yo no necesito acordarme de nada porque no olvido nada.

–Recibido, tronco. Me quedo con el aforismo –repuso el plumilla.

Amnistía o sucedáneo

Cuentos y descuentos del sábado (14-10-2023).–Luis Díez

–Buenas, ¿tiene amnistía?

–¿La quiere fiscal?

–No, de la otra.

–¿Parcial o total?

–Parcial de momento, a ver cómo sale.

–Le va a costar un huevo… ¡Perdón! Un riñón.

–Ya lo supongo. Con los petroleros y los gremios pegando patadones para arriba a la inflación, vivir se ha puesto al rojo vivo.

–¿Cuánta le pongo?

El comprador se toma su tiempo, medita la respuesta, cuenta para sí del dedo meñique al pulgar: Carles Puigdemont Cascamajó, Antoni Comín Oliveres, Lluís Puig, Clara Ponsatí… Cuando llega al quinto se da cuenta de que le faltan dedos para incluir a los de Suiza, Marta Vilalta y Anna Gabriel, pero vuelve a empezar por el meñique.

El expendedor tiene cara de pocos amigos, viste de negro cuervo y comienza a impacientarse.

–Bueno, pues usted diráa” –le urge con tilde a lo Feijóo.

–Tranquilo, tronco, que estoy calculando –contesta mientras sigue pensando: en total hay unas mil personas empapeladas por el procés. Demasiada gente. Hay 44 cargos de la Generalitat ya condenados (además de los seis huídos), 56 investigados por el Tribunal de Cuentas por el gasto del procés, 18 por promover el referendum independentista a través de webs, decenas de profesores y directores de colegios encausados por facilitar las votaciones, 712 alcaldes implicados en la organización del referendo…, la intemerata.

–¿Cree usted que con cuarto y mitad de amnistía alcanzará? –Pregunta por fin.

–¡Qué va! Con eso no tocan ni a medio gramo por cabeza.

–Por su mala cabeza, querrá decir.

–Y la del mando en Madrid, no lo olvide.

–Tiene razón. Rajoy fue un desastre… Pero los condenados fueron indultados después. Yo mismo firmé el indulto en 2021.

–Ya, pero dese cuenta de que son muchos delitos: desobediencia, prevaricación, malversación de fondos, falsedad documental… Y los condenados siguen inhabilitados para ocupar cargos públicos.

–Lo sé. ¿Acaso ignora que hicimos una ley para que la prevaricación y la malversación de fondos públicos tuviera penas menores cuando no fueran a beneficio de los infractores, parientes y demás familia? O sea, latrocinio pro domo suo. Pero a lo que vamos: ¿A cuanto saldría el kilo de amnistía?

–Uf, en términos de voto… Prefiero no calcular, carísimo.

–¿Y un sucedáneo, una “regularización”?

–¿A lo Solchaguez o a lo Montorus?

–No, ya le digo que en general, a ver cómo sale.

–Espero que le salga bien para la investidura, el Presupuesto, el PIB, las elecciones gallegas, vascas, andaluzas… Sobre todo, las andaluzas. Y también para los comicios europeos, que se celebran a mitad de 2024, antes de que el Tribunal Europeo de Justicia resuelva los recursos contra la extradición del hombre que no se peina y que podrá concurrir de nuevo a su escaño en el Parlamento Europeo sin moverse de Waterloo. Usted es un político valiente, pero sea paciente, que ya la justicia europea resolverá el problema creado por las derechas catalana y española, una contra otra y viceversa. Y tenga en cuenta que con amnistía o sucedáneo, la inquina siempre quedará.

–Gracias eminencia, lo someteré al Comité Federal y acaso a la militancia, a ver cómo sale.

Angelina y los poemas presos

Cuentos y descuentos del sábado (7-10-2023).–Luis Díez

Salía del colmado del chino de comprar pan, huevos y patatas para cenar cuando me encontré al paso con mi vecino Citero.

–¿De dónde viene don Saulo a tan buena hora? –le pregunté.

–De un acto poético, ahí abajo, en el Instituto Cervantes –dijo él.

–No sabía que le gustase la poesía. ¿Quién recitaba?

–Fue un homenaje sencillo y muy emotivo a Angelina Gatell, poetisa catalana y española de la Generación del 50, una referente fundamental en la memoria histórica de nuestra cultura, según dijo Luis García Montero. Una luchadora con la pluma, no con el plomo, de la resistencia a la dictadura.

–Qué tiempos aquellos en los que la poesía era un arma cargada de futuro.

–Celaya dixit. Si, entonces la poesía decía más de lo tolerado por la censura en otros géneros. Y sí, me gusta aquella poesía. Gabriel Celaya, Amparo Gastón, Blas de Otero, Angelina Gatell, José Agustín Goytisolo, su hermano Luis (Juan no escribía entonces poesía), José Manuel Caballero Bonald, Félix Grande, Margarit… Ya van quedando pocos.

–Bueno, al menos muchos de ellos, incluidos Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, José Hierro… tuvieron la satisfacción de ver entrar en caja al dictador que a tantos encarceló.

–A Angelina le encarcelaron a un hijo (Eduardo). Por cierto, esto me recuerda un presidio del que nada se habla.

–¿Cuál, amigo Citero?

–La dictadura franquista encarceló poemas.

–¡Por Júpiter, Saulo!

–Ya te digo. La propia Angelina podría dar fe de lo que digo si viviera (murió en 2017). El Congreso Cultural celebrado en La Habana del 4 al 11 de enero de 1968 y al que asistieron algunos de los poetas que te he citado junto con Valente, Gil de Biezma, Castellet, García Hortelano, Moreno Galván, Juan Antonio Bardem… Y los exiliados en México, Adolfo Sánchez Vázquez, José Bergamín… Y en Francia, José Martínez (editor de Ruedo Ibérico), Jorge Semprún…, decidió hacer un homenaje al pueblo vietnamita por sus décadas de lucha contra el imperialismo (primero francés y estadounidense entonces). El partido (PCE) entendió que Angelina Gatell, por sus excelentes relaciones, era la persona ideal para recopilar poemas de todos ellos y más, con el fin de lanzar un libro contra la guerra del Vietnam, al modo del España canta a Cuba de 1962. Angelina hizo su labor, pero las editoriales de renombre Aguilar y Alfaguara evitaron publicar el libro, que reunía a poetas de todas las generaciones, desde Gerardo Diego y Rafael Alberti hasta Carlos Álvarez…

–El que dijo: “Para estar peor de lo que estamos ahora habrá que remontarse a los tiempos venideros”.

–Sí, un optimista. El caso es que al final aceptó publicar Con Vietnam la editorial Ciencia Nueva, cuyos socios y gestores militaban en el PCE o estaban muy próximos al partido. Según el profesor Julio Neira, la solicitud fue presentada en el Ministerio de Información y Turismo el 14 de septiembre de 1968. Iba firmada por Vicenta Fernández Montesinos, sobrina de Federico García Lorca y la menos identificable con el PCE de todos los socios de la empresa. Los censores hicieron su trabajo, tracharon en rojo lo que consideraron el uso de los nombres de Dios en vano y, sobre todo, las alusiones a la represión en Cataluña, Galicia y Euskadi por parte del Estado franquista, que no eran pocas, a semejanza de la ocupación de Vietnam a sangre y fuego por las tropas Usa. Con todo, los censores no se mostraron muy estrictos con las críticas al imperialismo violento y cruel, pues si en EEUU se publicaban poemas contra la ocupación de Vietnam, tampoco ellos iban a ser más papistas que el Papa. Pero la agitación política, las huelgas y manifestaciones se extendían por toda España y el dictador decretó el estado de excepción en enero de 1969. La censura se endureció, la antología fue prohibida y la editorial cerrada poco después. Di tu que muchos años después, el profesor Neira rescató de la cárcel…, digo de la caja 21/19216, expediente 7620/68 de la sección Censura del Ministerio de Información y Turismo, del que era titular Manuel Fraga Iribarne, futuro democratadetodalavida y fundador del PP, aquellos poemas. Y con las cartas enviadas por sus autores a la antóloga Angelina Gatell vieron al fin la luz (Visor 2016).

Entramos en el portal y ya en el ascensor me despedí agradeciendo la sabiduría del querido vecino: “Con usted siempre se aprende, amigo Saulo”. Sonrió.