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Daniel Díez Carpintero: nuevos relatos de primor

Portada del libro (enero de 2022)

Con un título tan bíblico como real, Nunca se sacia el ojo de ver, el escritor Daniel Díez Carpintero reúne otros nueve cuentos, publicados por la editorial Sloper. Si en su primer volumen de relatos, El mosquito de Nueva York (premio Café 1916), publicado por la misma editorial, demostró un gran talento para reflejar la necedad humana y sus parientes cercanos, la obstinación y la impaciencia, en este nuevo libro nos ofrece más cuentos de un realismo crudo y en los que, al mismo tiempo, la realidad se muestra deformada por la subjetividad obsesionante y alucinatoria de los personajes. Estamos ante nueve piezas de profundidad psicológica y carga emocional muy intensas. Sin distanciarse de la vida común, cada uno de estos relatos atrapa al lector desde la primera línea, le conduce por atmósferas inquietantes y anómalas, le muestra la privacidad de criaturas insólitas, raras, en ocasiones memorables y provistas de una ternura secreta. El ojo que nunca se sacia de ver aviva nuestra curiosidad sobre la realidad de seres cuyo destino posee la fuerza de la desgracia y la virtud de la esperanza.

Desde el hedonista al que solo le interesa el deseo sexual que siente por la joven predicadora que llama a la puerta para hablarle de Dios, hasta el desempleado que vuelve cada verano al camping de Sanabria junto al lago y, entre otros fenómenos, evalúa el progreso de los vecinos del año pasado (ya no arman la tienda de campaña: ahora tienen autocaravana), pasando por las vivencias del padre y el hijo pequeño que regresan a un país, el suyo, en el que nadie es bienvenido y sienten la pobreza y la desgracia palpitando como el pulso de sus arterias, cada cuento de Carpintero se lee con avidez y sorpresa: son piezas llena de hallazgos verbales y estilísticos. Como en las buenas narraciones, aquí siempre se sugiere más de lo que se cuenta y hay mucho más de lo que se ve. 

Sobre su libro anterior, El mosquito de Nueva York, la revista Quimera destacó: “En algunos de los cuentos se crea una mixtura de tensión, humor negro e ironía que nos lleva a una atmósfera anómala, pocas veces recreada en la narrativa breve española”. Que los amantes del género breve apunten su nombre. He aquí un cuentista de raza.